De una obra de Isaac
Watts titulada
poop of the Mind -La mejora de la mente-, leída a sus catorce años,
Michael Faraday adquirió estos
seis constantes principios de su disciplina científica:
Llevar siempre consigo un pequeño bloc con el fin de tomar notas en cualquier
momento.
Mantener abundante correspondencia.
Tener colaboradores con el fin de intercambiar ideas.
Evitar las controversias.
Verificar todo lo que le decían.
No generalizar precipitadamente, hablar y escribir de la forma más precisa posible.
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